Empezamos la semana viendo una presentación sobre el desierto, sus características, sus habitantes... y hemos descubierto muchas cosas.
Quizás la más sorprendente de todas es saber que aunque hace mucho, mucho, pero mucho calor de día, por la noche es necesario abrigarse muchísimo porque hace un frío increíble.
Tanto calor hace que llega a derretirse la arena y convertirse en rosas del desierto como esta que les llevé de mi casa:
También hemos descubierto que Cami, el amigo de Poqué no es un camello sino un dromedario porque sólo tiene una joroba. Su joroba es una gran cantimplora donde acumula el agua. Por eso puede estar muchos días sin beber.
Es un error muy común y no os confundáis cuando veais este video:
A pesar de lo que mis niños y niñas pensaban, el desierto está lleno de habitantes tanto de animales, personas como plantas. Sus nombres son rarísimos pero poco a poco los iremos aprendiendo.
Todos ellos tienen una característica en común: han desarrollado capacidades para adaptarse a la escasez de agua.
Porque aunque hay poca agua existen los oasis y las aguas subterráneas. Gracias a ellas los beduinos y tuaregs construyen pozos.
Alrededor de estos lugares es donde existen la mayoría de las plantas (palmeras datileras sobre todo). Pero hemos tenido la oportunidad de conocer dos tipos de plantas muy especiales: EL CACTUS Y EL SAGUARO, ya que pueden pasar largas temporadas sólo utilizando el agua que acumula en su interior.
El cactus es propio del desierto del Sáhara y el saguaro del desierto de México.
Para comprobar lo importante que es el agua hemos iniciado un TALLER DE EXPERIMENTOS sobre la necesidad de agua.
Hemos sembrado semillas de habichuelas en dos vasos y esperaremos a que crezcan cuidándolas con su agua y sol. Cuando hayan crecido pasaremos las dos plantitas a dos macetas con arena pero... A UNA DE ELLAS LA DEJAREMOS DE REGAR.
¿Qué sucederá?
Lo iremos viendo a lo largo de los días...
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